Avatar III, IV, V... (... y estamos todos bien.)

1 de marzo, 2º entrenamiento en Suossjavri.

Begoña's Txoko,
porque las fronteras de Berrikano llegan
hasta donde llegan sus habitantes...

Después de la buena cena y la buena compañía de ayer, en Begoña's Txoko, la mañana nos ha salido muy nublada.
Se ha puesto a nevar antes de salir y ha nevado durante todo el entrenamiento.Sin prisas, hemos ido preparando y, sobre las 10'30 hemos salido los dos equipos, con 10 perros cada uno.

Para nosotros, el entrenamiento ha sido malo.

Los perros han salido mejor que ayer pero, a los pocos kilómetros, Sol ha dejado de tirar. Gris no podía con ella y los swings se los comían. Los demás perros tiraban bien.

Hemos llegado a Mollijotka y Gris ha dado la vuelta al tiro, como diciendo: "Dónde vamos a ir así!!!"

Llevábamos 20 kilómetros y nos hemos resignado.

Hacía tiempo que quería cambiar a los perros de delante y, al final, eso es culpa mía. Los he cambiado unos kilómetros más adelante: Sol por Doc.

El tiro ha empezado a ir como una locomotora, como “Ferreo Wilson” (voluntad de hierro, 2001 Jennson Ford). Sol no ha tardado en meter riñones, como siempre hace. No sabemos si se le ha cruzado el cable. Cuando hemos llegado al lago Suossjavri, los perros han perdido la trazada, por la nieve que estaba cayendo.

Ha sido el caos. Faltaban 3 Km para dar la vuelta de nuevo hacia la furgo, y no había manera de que nos entendiéramos, perros y musher. Quería haber ido un tramo más, dirección hacia Mazé, para sacar unos 50 Km. totales de entrenamiento. No ha podido ser.

Al final, 40 Kilómetros en 2 horas 44 minutos y – 6ºC.

Ayer dijimos que fuimos hasta Molli, y no es así. Llegamos a Molla que está 5 kilómetros más lejos.

Molli está habitado y Molla no.

Terminado el entrenamiento, hemos vuelto a Alta. Ya en las cabinas, ducha, sauna y algo de descanso. Al rato, ha llegado Marçal con su handler, Raúl.

De nuevo buena cena y buena sobremesa.

Batallitas, recuerdos, risas, etc.

2 de marzo: entrenamiento en Gargia.

Nos hemos levantado pronto. Otra vez el insomnio, los viajes al excusado, otro que se levanta a duchar, etc. Desayuno potente (casi imprescindible con el ritmo que hay que llevar) y nos dirigimos a Gargia los tres equipos.

Ha estado nevando toda la mañana, nieve muy húmeda, no hay temperatura suficiente para que se endurezca..

Respecto al entrenamiento...
Lo de ayer fue una mariconada con lo de hoy. El Caos absoluto. El sumum...

Hemos salido sobre las 12 y media los tres equipos (Marçal, Sacris y nosotros).
Hemos ido ascendiendo en  medio de la nevada y, cuando salimos del bosque, nos dirigimos a cruzar un puente de madera.
Íbamos delante, y nuestros perros querían cruzar por la izquierda del puente.
Intentamos rectificar.
Sacris detrás, parado.
Nuestro tiro se da la vuelta. Los llevo de nuevo a la traza y Sacris, en una arrancada de sus perros, no puede sujetar el tiro, pasando al lado de nuestro trineo. Yo aún no tenía la situación controlada (estaba con los perros), mi ancla se lía con el freno de Sacris y éste sale con los dos tiros enganchados.
Me agarro a nuestra línea, me llevan arrastrando y se me quema la mano.
Sacris marcha con los dos tiros, se tira al suelo volcando su trineo. Por un momento, temo que los dos tiros se marchen solos.

Unos cien metros más adelante, Sacris ha conseguido para su tiro y el nuestro, ambos enganchados aún por mi ancla en su freno.

De algún modo, nos hemos rehecho como hemos podido.
El susto ha sido mayúsculo.

Seguimos ya por el ventisquero dirección Beaskades, totalmente venteado y con hielo sólo en la superficie.

La hemos vuelto a liar cuando teníuamos que cambiar de vertiente. Sacris y yo nos lo hemos pasado de largo y teníamos que rectificar (hacer un back y girar muy cerrado a nuestra derecha, donde había muchas piedras grandes).

Menos mal que Marçal tiene muchos arrestos, y nos ha colocado a los dos tiros en la trazada.
Los perros empezaban a no distinguir la traza y cada dos por tres se nos salen de ella.

Nuestro equipo se va distanciando poco a poco, aún en cabeza de la fila, controlando a los dos que nos vienen detrás, para no separarnos.
El día no está para bromas. Ventisca, nieve, niebla... La combinacion perfecta para los problemas.

Exactamente en el kilómetro 15 he perdido de vista a Sacris y Marçal, que tenían problemas para mantener sus tiros en la trazada.
De repente, mi tiro también la pierde y, tras varias órdenes para rectificar a nuestros perros, vuelven retomarla.

Viendo lo chungo del tema y, pensando que si segíamos la situación podía empeorar muchísimo más, decido dar la vuelta a nuestro equipo.
Dan la vuelta haciendo el cafre. Me agarro al tiro, un ancla de nuevo debajo de los patines.
Intento sacarla; los perros aprietan más; pierdo el equilibrio, tumbando el trineo, y se me acaba escapando el tiro con el trineo. Oigo el ancla como va rebotando, por encima de la nieve. Pienso que se va a clavar en algún lado.
El tiro se va alejando y se va perdiendo en la niebla.
Sólo ruego que Marçal y sacris no se hayan dado la vuelta a su vez.
Voy andando, muy sobresaltado y, un rato después, empiezo a vislumbrar unas sombras allá, a lo lejos.
Me voy acercando y veo que son ellos, que han capturado a mi tiro y me esperan.
Con las pulsaciones a mil, llego hasta ellos.
No me atrevo ni a desenganchar el ancla que Marçal ha atado a nuestro perros delanteros, cruzada con una de las suyas.

Al final, hemos vuelto, todos muy tranquilos ya, con el fuerte viento.

La bajada desde Beaskades hasta Gargia, sí la hemos disfrutado. Falta nos hacía. Tenemos los hombros sobrecargados por cómo hemos agarrado el arco del trineo.

En fin, como dice Sacris, estamos todos bien. Nosotros y nuestros perros.

Mañana más, esperemos que mejor.